Los muchachos, en América y en otros sitios del mundo, empujados por la curiosidad y el espíritu de imitación. Ven a otros muchachos que lanzan o batean una pelota y ellos también quieren probar.

Niño jugando beisbol con sus amigos en parque publico
Generalmente comienzan con un juego llamado "el gato viejo". Independientemente del nombre, que puede variar de región a región, la simplicidad de tal juego es universal. Los participantes pueden ser incluso 2, un lanzador y un bateador; una piedra representa el home plate y otra la primera base. El bateador esta en el home plate, el lanzador le tira la pelota y el trata de batearla lo suficientemente lejos para permitirse correr hasta la primera base y regresar. Si es eliminado se cambian los papeles. Si es posible reunir más jugadores, se pueden agregar una o dos bases y los jugadores hacen su turno al bate de forma rotativa, primero el lanzador, después el jugador de la primera base, le gigue el de segunda, etc.

En el béisbol las bases están situadas a 27.43 metros entre si y la plataforma del lanzador dista 18.44 metros del home plate. Estas distancias determinan el ritmo de acción, la velocidad de los lanzamientos, los sprints, el bateo mismo, todo lo de este deporte tal como se conoce y se juega. Si entre las bases hubiera una distancia de 25 o 30 metros y la distancia del lanzador del home plate fuera de 15 o 20 metros no sería el mismo juego aunque las reglas y los movimientos fueron idénticos.

Estas distancias son para hombres adultos, pero para muchachos menores de 15 años deben ser reducidas. Para equipos infantiles la distancia entre las bases será de 25 metros; del home plate a la plataforma del lanzador, 15.25 metros. El diamante de Softball que establece una distancia de 16.75 metros entre las bases y de 13.10 metros entre el lanzador y el home plate, sería lo ideal para muchachos de 10 a 12 años.

Cuando los muchachos juegan al "gato viejo" las medidas del diamante no requieren supervisores. Los  pequeños jugadores se adaptan pronto a sus mismas capacidades. Casi instintivamente pueden estimar la distancia desde la cual el lanzador debería lanzar al bateador, la distancia entre las bases y la lejanía a la cual deben ponerse los exteriores.

Pero cuando un muchacho de 12 años comienza a jugar sobre un verdadero diamante como miembro de un equipo regular, algún adulto experto debería vigilar las medidas.

Es una cuestión de amor propio para cualquier muchacho sentir que puede medirse con sus colegas en iguales condiciones en toda competición. Tratará de hacer el lanzamiento cualquiera que sea la distancia y sin preocuparse del esfuerzo al que somete el brazo.

No se conoce remedio para un brazo forzado y sin embargo cuantos futuros jugadores estropean su brazo intentando hacer largos lanzamientos más allá de sus posibilidades.

Menos grave que un brazo forzado y también siempre consecuencia de la costumbre de jugar en la infancia sobre diamantes de dimensiones excesivas son los defectos técnicos que se requieren como compensación de la falta de capacidad física. Estos defectos o hábitos no son fatales, pero pueden requerir varios años para ser curados.

Niño categorìa infantil lanzando pelota de bèisbol
Niños en entrenamiento
Si la distancia del home plate a la segunda base es demasiado grande para un receptor en la realización de un lanzamiento normal, el muchacho muy probablemente, adquirirá la costumbre de hacer un segundo paso. Entonces el paso de más añadido por el receptor cuando efectúa su lanzamiento significa exactamente la sustracción de un paso a la distancia que el corredor debe recorrer cuando corre de la primera a la segunda base. Lo que significa un regalo incomprensible en un juego disputado.

La rapidez con la cual los jugadores perciben el menor defecto en un adversario y sacan de ello ventaja, el grado casi absoluto de perfección que el buen béisbol exige de sus practicantes, el tiempo inestimable perdido en corregir un defecto adquirido de muchacho exigen que los encargados de vigilar y orientar a los jóvenes a que conozcan el juego y hallen la manera que sus pupilos no adquieran errores mecánicos.

Nos se puede hacer mucho para aumentar la velocidad de un muchacho, pero es muy fácil prevenir la disminución; proporcionar al muchacho calzado cómodo  y a la medida. Seguramente los chicos se interesarán más por el guante, el peto o el bate, pero los zapatos son más importantes que nada.

La elección de la posición para un muchacho puede ser muy fácilmente determinada por las circunstancias. Casi sin excepción el mejor jugador es el lanzador, en todo equipo de muchachos menores de 14 años. El motivo es que el lanzador se destaca como el jugador con el papel que da mayores posibilidades de acción.

En el béisbol es evidente que el papel del lanzador requiere un especialista, y a pesar de la importancia del lanzador, muy frecuentemente no sabe batear, correr o jugar a la defensiva hábilmente.

Es cuando el juego se hace rápido que el jugador apto para todo comienza a desertar del lanzamiento, a jugar la interbase (shortstop) si es diestro (derecho), y de primera base si es zurdo. Tal vez a través de errores o experimentos tenderá hacia los exteriores o a otra posición. Los mas fuertes, si lanzan con la derecha, iniciaran el juego de receptor, no hay razón para que un jugador permanezca en una posición simplemente porque es la primera en la cual ha debutado. Si tiene un entrenador inteligente será trasladado apenas se observe que sus cualidades pueden ser mejor utilizadas en otros puestos.

El trabajo de receptor es tan laborioso que difícilmente interesa, no solo al muchacho de un equipo juvenil, sino al mismo jugador de primera categoría. Un receptor tiene un trabajo duro, a menudo ingrato; constituye el bloque defensivo verdadero y propio. Pero raramente se encuentra un buen conjunto de béisbol sin un buen receptor, como un buen equipo de fútbol sin un buen guardameta.

Entre todos los puestos del béisbol el de receptor es el primero para cual un muchacho puede establecer si tiene especiales aptitudes.

Ningún joven jugador debería tener prisa por decidir si es un hombre de base, un jardinero, un lanzador o un receptor.

Si es zurdo tiene una tendencia a jugar primera base, si es diestro puede elegir todas las nueve posiciones.

Lo más importante para los jóvenes jugadores es tener presente que están jugando por diversión, para hacer un ejercicio saludable y para aprender los principios básicos de un deporte sano.